
Lopez era el típico niño extraño en el salón, no convivia con nadie, quizá por la timidez que su aspecto regordete le causaba, por tener tapizada su libreta de calcomanias de los Pókemon o por pasarse horas jugando en los juegos "Arcadia" de la esquina del cole.
Regordete, mas no botijón, grueso, así era López, su piel blanca, ojos negros y cabello castaño claro, tenía un hermoso perfil, y siempre serio, quizá fué eso lo que me interó de él, tanto que me esforcé por ser su amigo y lo conseguí, los compas del cole los sacamos de su timidez y poco a poco, como una pupa, salió aquél mozalbete de ahora 17 años que reflejaba jovialidad, galanura y guaperas, crecer le habia favorecido, su cuerpo se habia transformado en el de un jóven apuesto y delgado, lucía mucho más guapo, su "piocha" le daba estilo y verlo montano en su camioneta derretía a todas las chicas, y a mí por doble.
Despues de aventuras juntos, compartir experiencias y unirnos hasta la hermandad, la noche del día en que descubrí sus tendencias homosexuales, le agregué al msn e iniciamos una conversación:
- Mentí sobre mis generales, el no.
- Me dijo que era bisexual y curioso.
- Pregunté si había tenido experiencias, el dijo que si, que sólo se la habían mamado.
- Hicimos una cita para el día siguiente, donde pasó lo siguiente.
Llegué al lugar acordado con la descripción en colores de ropa que prometí llevaría, el tambien, y al darse cuenta que era yo, quizo huir, me dijo que se sentñia apenado, y fué entonces cuando le declaré mi amor, que me diera la oportunidad de formar parte de su vida.
No hubo respuesta.
Ya en su casa, el cerró la puerta, se acercó a mí, besó mis labios, yo me quité la camisa dejandole ver mi esbeltez, debo admitirlo, el conjunto me hace guapo, no sólo por partes.
El tomó mis pezones, los empezó a morder, bajó por mi cuerpo y al llegar a mi verga se detuvo, se sentó en al cama y dijo que no podía hacerlo, que el sñolo me veía como un hermano, yo le dije que no habñia problema, que le entendía, mentí.
Me quité de su casa un tanto apenado, pero sobre todo triste, lo conocía y sabía de antemano que no importaba cuando rogara, elnunca me aceptaría, así era López.
El amor apesta, mi prime amor, había sido mi primera decepción, y todo en el mismo paquete y al mismo tiempo.